Invasión del intestino grueso por un pequeño parásito, invisible a simple vista, llamado Entamoeba histolytica.
La amibiasis se adquiere principalmente de los alimentos (principalmente verduras y frutas frescas) o agua contaminadas o personas parasitadas de amibiasis (o que estuvieron parasitadas), que manejan alimentos sin lavarse las manos.
La amibiasis también se transmite por contacto sexual entre varones.
Las amibiasis se diseminan como pequeñísimos quistes que salen con las heces y, contaminan el agua, o se adhieren a las manos sucias, y contaminan los alimentos.
Al llegar al intestino, el quiste libera a una pequeña amiba, la que se alimenta de los tejidos del intestino y se reproduce activamente.
A veces, la amiba histolytica invade, al viajar por la sangre otros órganos como el hígado, los pulmones o el cerebro.
Tiempo después de atacar al intestino, la amiba se transforma en quistes y, de este modo, invade a otras personas.
En la mayoría de los casos, sobre todo si se trata de personas fuerte y sanas, la amibiasis no causa molestias.
En otros casos, cuando las amibas invaden los tejidos del intestino pueden causar estas molestias:
Las personas que viven en el trópico sufren frecuentemente de disentería amebiana, con diarrea grave, fiebre y hasta anemia y desmejoramiento del estado en general.
En otros casos de amibiasis se forman abscesos en el hígado, el cerebro o los pulmones. Estos pacientes sufren de fiebre, sudoración, escalofríos, náuseas, vómitos, pérdida de peso y dolor o molestias sobre el hígado.
NOTA: En todos estos casos, los pacientes liberan quistes de amiba, por lo que deben lavarse escrupulosamente las manos después de evacuar.