Es la formación de pequeñas cavidades en el esmalte de los dientes, que más adelante afecta a otras partes de estos.
Los residuos de alimentos, mezclados con saliva y las bacterias que habitan en la boca se acumulan entre los dientes y en las hendiduras de su superficie.
Forman así una placa (placa dentobacteriana) que se va acumulando con el tiempo si los dientes no se cepillan cuidadosamente después de las comidas.
Las bacterias de la placa se nutren de los azúcares de los alimentos o bebidas y al aprovecharlos forman ácidos que disuelven el calcio y los fosfatos del esmalte de los dientes (el esmalte es lo que les da dureza y resistencia a nuestros dientes).
Las caries de los dientes casi siempre son progresivas. Primero destruyen el esmalte, después la dentina y al final invaden e inflaman la pulpa.
Si no son tratadas las caries, destruyen los dientes. Además, las bacterias de las caries pueden entrar a la sangre e invadir la cubierta que cubre el interior del corazón y las válvulas, causando una enfermedad que puede ser grave, llamada endocarditis, principalmente en personas que padecen enfermedades cardiacas.
¡Importante!
Niveles altos de fluoruro, superiores a los recomendados, pueden ser la causa de trastornos de los riñones o de los huesos; en los niños, estos niveles altos pueden causar manchas de los dientes.